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viernes, 21 de marzo de 2014

EL MEJOR PAPEL DE SU VIDA


Hace 2 meses que había viajado por toda Inglaterra en una gira con la compañía Strandford.
Muy a pesar de los inconvenientes de la tormentosa relación con Susanna y que algunos problemas habían acarreado a su director; la amistad había prevalecido y Robert siempre le había brindado su apoyo.

Cuando Susanna decidió marcharse y no volver nunca más, Robert Hathaway compartió con él una copa de coñac. Como una pequeña celebración por el término de uno de los problemas más grandes de la vida de su joven amigo.

Terry prefería no recordar esa época; ya habían pasado algunos años de eso y ahora simplemente prefería vivir su presente que era tan claro y luminoso; tan distinto a lo que había sido su anterior vida; y esperar con ilusión su futuro que cada día era más prometedor.

Extrañaba sin embargo lo que había dejado en América durante estos largos dos meses.

Hace ya 5 años que cosechaba el más grande de sus éxitos, el mejor papel de su carrera decían algunos y, definitivamente, era el que más satisfacciones le había dado.
No cabía duda que ese había sido su más rotundo éxito.

Cuando desembarcaba en el puerto no pensaba en nada más que en volver a interpretar sin pérdida de tiempo su papel favorito, definitivamente uno al que jamás renunciaría y con el que siempre sería el actor principal.

Cuando el taxi lo dejó frente a aquel portal florido se quedó estático un momento, cerró los ojos y percibió el aroma de las rosas, los murmullos del bosque; el viento barriendo la hierba a sus pies.

Una risa sonora y musical, como un cascabel dorado lo hizo salir de sus ensoñaciones y, sonriendo, franqueó la puerta que lo separaba del jardín.

Al entrar lo vio sentadito en la hierba jugueteando con el pequeño coatí blanco que, aunque ya no era joven, seguía siendo el mejor amigo de todos.

El pequeño se volteó de improviso y lo quedó mirando.
Rubio y pecoso como su madre pero con unos brillantes ojos azul profundo que eran su propia firma Grandchester.

¡¡Papá!! Exclamó el pequeño lanzándose a sus brazos.

Terry lo recibió de rodillas y luego lo levantó por lo alto de su cabeza riendo con la más grande felicidad llenando su corazón.

Si; definitivamente, el mejor papel de su vida.