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lunes, 22 de junio de 2009

MERCENARIA




¡Ah! La vastedad del espacio, a veces me pregunto ¿cómo pude haber vivido tantos años encerrada en un pequeño planeta sin interesarme siquiera lo que había fuera de él? No es que no lamente que haya explotado por una extraña acumulación de gases, mi familia y mis amigos estaban allí, pero definitivamente no hay como la libertad de pilotar a solas entre la negrura del espacio y sus formas y colores lejanos.

Casi tres años después, a veces extraño mi lugar de origen, extraño a mi madre, mis hermanos, extraño los recitales de piano en el cual yo era un prodigio ¡una artista!
¡Ja! Ahora tengo otras artes. Soy la mejor en lo que hago, por eso me solicitan clientes en todos los rincones de la galaxia; pero no todo es color de rosa: mi cabeza tiene precio en 3 sistemas solares… Gajes del oficio.

Rougina Rouge, o simplemente La Roja; como me llamaban los que me conocían gracias a mi extraño nombre y mi cabellera ondulada color fuego; estaba en los sistemas policiales de casi toda la galaxia con categoría criminal tipo 10; por eso debo tener siempre mucho cuidado.

Pero no hoy. Hoy el trabajo es prácticamente sencillo; un joven político que al parecer está haciendo de las suyas en la Confederación ¡cuándo no, un político! No me han dado más información que su profesión y su nombre, Gilroy Haas, y que se encuentra en el sistema Gama, concretamente en el planeta Gama 8, más conocido como "El Casino del Espacio".

Seguramente gastando los ingresos de los contribuyentes el muy perro.
Gilroy Haas, repito el nombre en mi mente mientras con una navaja grabo las letras G H en el proyectil que voy a usar para matarlo. Esa es mi marca personal, yo le doy un autentico significado a la expresión “tengo una bala con tu nombre”
Lo bueno es que en este planetoide nadie pide código de identificación ni debo solicitar permiso para aterrizar, el verdadero problema aquí es hallar estacionamiento.

El intercomunicador de mi nave comienza a pitar, “Aquí yo, ¿allá quién?” contesto, mientras la pequeña pantalla se ilumina.

-Señorita Rouge, permítame agradecerle una vez más haber tomado el trabajo…
-Sin ceremonias, Senador. ¿ya me tiene la imagen del sujeto? No soy adivina, sabe, si no sé cómo luce no podre asesinarlo para usted.

-Pues verá, ese es el inconveniente, tenemos la imagen pero digamos que está un poco desactualizada. Igual se la estoy enviando ahora mismo – dijo, casi al mismo tiempo que un pequeño trozo de papel se imprimía por debajo de la pantalla, era la imagen de un hermoso adolescente de piel oscura.

-¿Cuántos años tenía cuando le tomaron esta, catorce? Por favor dígame que tiene al menos diez y seis.
-¿No tiene reparos en asesinar menores de edad de la Confederación, señorita Rouge? Eso es seriamente castigado.

-No me haga reír, no puedo pasar por Pisa 5, Helión 3 y Épsilon 1 sin que me comience a disparar un ejército de imbéciles ; cualquier otra cosa es una raya más al tigre; así que ahora dígame qué tan desactualizada está esta fotografía.

-La verdad el sujeto en cuestión tiene ahora cerca de treinta años.
-¡¿Está loco!? ¡cómo me envía a matar a un hombre que no tengo ni idea cómo luce! Lo lamento Senador, no haré absolutamente nada sin una imagen más actual. No puedo andar por ahí matando a cada hombre que se le parezca.

-¡Pero, ya le embolsamos el cincuenta por ciento de su precio! Un valor desorbitado debo agregar, ya está usted en obligación de hacer algo.
-¿Obligación? No se equivoque señor a mí nadie me obliga a nada, y lo del cincuenta por ciento es su problema no el mío. Mi trabajo es calidad y la gente paga por eso. Ahora, si quiere que le termine el trabajo ¡consígame la maldita fotografía!

¿Qué se cree el viejito este? ¿Y ahora qué hago? No voy a quedarme encerrada en esta nave hasta que a él se le ocurra comunicarse otra vez. Iré a buscar un trago y me llevaré el comunicador móvil conmigo.
Gama 8, uno de los pocos planetas que están fuera de toda ley. Aquí todo es legal desde las apuestas hasta la pederastia… el paraíso de los corruptos. Y Aquí está él.
Estoy deseando que me envíen la foto actualizada. No soy una moralista pero detesto a los políticos, más aún cuando le quitan el pan de la boca a su gente. Un trago, necesito un trago fuerte. Al ingresar al bar elegido una conocida voz me hace detener.
-¿Buscando refugio, mercenaria?
-Eso depende, mercenario.
-Jajaja, ¡ven acá muchacha y dale un abrazo al viejo Joon!

El viejo Joon… Hace tres años, la pequeña nave en la que escapé por un pelo de mi planeta, se averió a causa de la onda expansiva, vagué por el espacio sola y desesperada no sé cuánto tiempo hasta que el hambre me hizo perder el conocimiento. Desperté en la vieja nave de Joon y él me enseñó todo lo que sé. Nos abrazamos fuertemente mientras no deja de alabar lo hermosa que me veo; yo le digo que sigue siendo el mismo viejo verde de siempre, pero como lo quiero. Nos sentamos a beber algo mientras platicamos un momento, le comento del trabajo que tengo que hacer y le pido su opinión. Aunque el alumno haya superado al maestro, nunca hay que menospreciar la sabiduría de un viejo mercenario curtido como él.

- Gilroy Haas, si, si; político de la Confederación. Tiene como treinta años es soltero y muy codiciado; su familia murió en el ataque terrorista del 4054 y desde entonces ha luchado por la Confederación. No tiene fama de corrupto, todo lo contrario ¿Quién lo quiere muerto?

- El Senador Luccar.

- Ah Luccar, si ya sé la razón. Se vienen las elecciones del Senado y Gilroy Haas es su único y muy fuerte contendor. Creo que te mintió mi vida, me huele a que es solo un asunto de intereses personales. Pero, ya sabes lo que decimos:

- Escrúpulos igual a no hay dinero…

Suena un comunicador y todos miramos nuestros cinturones.
-¡Es el mío, es el mío! – Dice Joon en voz alta – me tengo que ir preciosa, el deber me llama. Cuídate mucho y ya sabes: sólo tú eliges qué hacer.

Nos abrazamos fuertemente y él se va raudo como el viento. Me quedo sola con media botella de licor pensando en qué momento el Senador Luccar se dignará ayudarme a ayudarlo. No es corrupto, me dijo Joon, solo yo elijo qué hacer.
Tal vez el que necesita una bala entre las cejas es Luccar. Ya tengo el cincuenta por ciento que es muchísimo dinero, quizás debería sólo perderme en el espacio y… No; La Roja jamás deja un trabajo a medio hacer, por eso soy la mejor. Lo lamento Gilroy Haas, hay una reputación que mantener.

De pronto tengo la sensación de que alguien me observa, miro hacia la barra y noto que un hombre me mira ¿será policía? Y si lo es ¿qué? Aquí no puede tocarme. No tiene pinta de policía, pero sí que es guapo el condenado.

-Disculpa, ¿me puedo sentar?
-Claro, es un planeta libre.
-Así que… ¿te dejaron sola, o plantada, igual que a mí?
-Digamos, que un poco de ambas.
- Oh vaya. Me llaman Yi – me dice mientras sonriente, me extiende su mano.
- Me llaman Roja – le contesto estrechándosela con cordialidad.

Nos quedamos sentados charlando y riendo. Nos bebemos la media botella de licor que me dejó Joon y él pide media más. Recibe una llamada a la que sólo contesta “sí, sí, no, mañana, adiós” y regresa conmigo.

No sé cómo demonios llegamos a esto, pero sí que besa bien. Pobre, no tiene ni idea de cómo desabotonar este traje, déjame que te ayude cariño.

¡Oh sí! Que manos tan suaves y qué manera de acariciar. “¡que piel tan suave y blanca! Me fascina como contrasta con la mía. Me excitas tanto, eres tan hermosa” me susurra al oído, entre otras cosas mientras mordisque mi cuello. ¿Hace cuánto que no tengo sexo? Ya no me acuerdo; la verdad en este momento no me acuerdo de nada. Me lleva hasta la cama y me hace el amor de la manera más delicada, casi como si fuera un niño o como si él creyera que la niña soy yo.

¡Qué maravilla!, nunca había gozado tanto. Ahora duerme a mi lado, a la débil luz de esta pequeña habitación de motel se lo ve más atractivo todavía. Su rostro me es familiar pero no sé… ¡Mi comunicador suena! Seguro es Luccar, por fin pero qué tino de interrumpirme justo ahora.

-Señorita Rouge, ya tenemos la imagen.
-Hable despacio, no estoy sola.
-Si, si; me complace darme cuenta que encontró la manera de entretenerse mientras esperaba noticias mías, en fin le envío la imagen ahora mismo reiterándole la certeza de que continúa en Gama 8, yo mismo hice que uno de mis subordinados se comunicara con él y estuve presente cuando confirmó que pasaría la noche allí y regresaría a la Confederación por la mañana. De más está decirle que no espero que regrese, usted me entiende señorita Rouge. Llámeme cuando el trabajo esté hecho.

Esta vez quien corta abruptamente es él, bueno a mí qué me importa. Lo único que lamento es tener que abandonar a este dios perfecto que dormita a mi lado, pero ni modo el deber llama. Miro la imagen que ha llegado al archivo de mi comunicador…

No… no. ¡Es imposible! Pero… ¡es él!
Si eres tonta Rougina Yi… G… Gilroy.
Gilroy Haas.

Te acostaste con el hombre que debías matar. Con el político ¡con lo que odias tú a los políticos! Con el que según Joon sea quizás el único político no corrupto. Comienzo a vestirme como una autómata, él me siente y despierta.

-¿Te vas? – me pregunta mientras trata de agarrarme una mano.
- Dime… Yi. ¿Has escuchado hablar de Rougina Rouge?
- ¿La mercenaria? ¿Esa a la que llaman… Roja?
- Sabes quién soy – asiente - ¿Porqué seguiste adelante si sabías que soy una asesina?

- Roja, yo no juzgo a nadie, pienso que todos merecen otra oportunidad; si la desean. Me gustaste, conversé contigo y me agradaste; fuera de que te ganas la vida quitando otras me pareciste una mujer genial ¿Porqué no iba a querer conocerte un poco más? A decir verdad mi plan era, por la mañana, convencerte de venir conmigo a la Confederación, limpiar tu expediente y tratar de que te reinsertaras a la sociedad de manera productiva. Sé que no será difícil, confía en mí - me dice mientras sonriendo me guiña un ojo… ¡Joder, que me lo está haciendo difícil!

Para evitar que siga con su verborrea conquistadora, sin más preámbulos saco mi arma y lo apunto. El se incorpora sorprendido. Luego de mirarme por unos segundos en silencio me pregunta “¿Quién...?”. “Luccar” le respondo.

-Debí imaginármelo ¿Sabes por qué lo hace? Al menos déjame explicarte eso. ¿Sabías que la mitad de los negocios de este planeta se dedican a la prostitución infantil? ¿Y sabías que esos negocios le pertenecen a él? Se lucra con la desgracia de niños, Rougina ¡niños! Por eso estoy aquí, eso es lo que vine a investigar. Estoy por ganar una elección; todo va a cambiar y él irá a la cárcel.

- Lo siento, es que no es nada personal. Es solo trabajo.

-¡No espera! ¿Conoces mi trabajo, sabes por qué lucho? Por un nuevo mañana para todos, porque todos tengan una nueva oportunidad para ser mejores, hasta tú, Rougina te lo prometo. Media Galaxia cambiará, todo será mejor, ayúdame a…

- Escrúpulos igual a no hay dinero. De veras lo lamento.

El proyectil con las letras G H sale tronando de mi arma y se aloja con violencia entre las cejas de Yi, aunque él trata de evitarlo es inútil; tengo la mejor puntería de esta parte de la galaxia.

Todo ha terminado; Gilroy Haas yace tirado desnudo en el piso de la habitación del motel, con los ojos abiertos como mirándome, aún. El ruido hace que la gente del motel se precipite hasta la habitación; muchos incluso envueltos en sábanas llamados por la curiosidad; una mujer grita al ver el cadáver y yo paso entre ellos sin mirar a nadie, sin importarme si me ven.
“Es ella, es La Roja” murmura alguien, pero yo voy de salida. Al pasar por la puerta abierta de una habitación, puedo ver desnuda envuelta en una sábana a una niña de cabello rubio que no debe tener más de diez o doce años. La atemorizo pues se cubre el rostro. Yo sigo mi camino.

El rumor del asesinato se corre rápidamente y un tumulto de gente intenta ingresar al motel mientras yo intento salir. Llego hasta mi nave y despego de inmediato. Trazo en el navegador el rumbo a la Confederación y pongo música como de costumbre, para despejarme un poco de lo que acabo de hacer.
No sé cuánto tiempo ha pasado, cuando suena el comunicador y se enciende la pantalla.

-¡Rouge! Aun sigo esperando su llamada ¡¿Qué es lo que se ha creído? ¿Lo ha hecho o no?!
-Cálmese – le contesto con tranquilidad – el trabajo está terminado y justo ahora me dirijo a la Confederación ¿tiene mi dinero?

-SI. Si por supuesto que sí mi querida muchacha – me responde sonriendo de oreja a oreja - Daré órdenes estrictas de que le permitan aterrizar sin hacer preguntas.

-Me complace darme cuenta lo bien organizado que tiene su mandato, Senador. Espéreme con el dinero en la mano que llego y salgo por las mismas.

Corto la comunicación y pongo el piloto automático; casi sin darme cuenta tomo entre mis dedos un proyectil y comienzo a “decorarlo” con la navaja.
Si, voy por mi dinero pero no me iré muy lejos; tomaré el dinero y después, la Confederación deberá buscar nuevos candidatos a Senador.

Tengo una bala con su nombre…

lunes, 15 de junio de 2009

EL ULTIMO

He aquí, una nueva sabiduría que os comparto...






Tras la muerte del Ultimo Anciano, los clanes quedaban disueltos para siempre. Ese había sido el trato secreto. No más clanes; no más reglas.

No más familia.

Ahora vivirían en libertad. Las Leyes quedaban reducidas a un montón de palabrería arcaica y sin sentido que en definitiva no podían seguir rigiendo las vidas de los noveles.

Solo uno quiso continuar con la tradición. Uno, que en soledad se encargó de las exequias. El Último lo sabía, siempre lo supo y por eso dejo para él su más valioso legado.

Parecía mentira que ninguno viniera a presentar sus respetos al Ultimo, que nadie estuviera ahí para despedir como corresponde al patriarca que había luchado los últimos siglos para que la raza no mermara.

Sin embargo, había sido arar en el mar. Así se dice cuando todo por lo que se lucha no da ningún fruto. Y más aun, cuando aquellos por quienes se ha luchado no agradecen el esfuerzo y se abandonan neciamente a su propia desgracia.

Ahora quedaban pocos y no cabía duda de que cada día serían menos, hasta que no quedara ni uno. Las imprudencias y el quemimportismo en el que se habían sumido los noveles los llevaban poco a poco al exterminio.

Todos lo sabían, pero ninguno quería admitirlo. Era como si se hubieran resignado a su desaparición; como si la evolución de las especies también los alcanzara a ellos… Según esta teoría, unas especies desaparecen para que otras surjan. Bien, ellos parecían estar muy bien dispuestos a que una nueva prole de nocturnos les sucediera.
Ya no vivían como nobles, las cosas ya no eran como antaño.

Vestían descuidadamente, llevaban a sus “invitados” a casa. Se dejaban ver de día a sabiendas de que el sol les quita su vitalidad sobrenatural. Muchos incluso habían revelado su naturaleza, sin recordar que, antaño, esa había sido la principal causa de mortandad entre la especie.

Se abandonaban a bacanales de sustancias y alcohol como si su cuerpo estuviera hecho para soportar tales embates. Ya no tenían control, ya no tenían esperanza.
Decían extrañar una humanidad que muchos habían perdido por voluntad propia.

Sólo él había conservado el rigor y la alcurnia que representa a su raza; siempre había hecho caso de la discreción y el cuidado propicios, “Tú eres digno” le había dicho el anciano ya en su lecho de muerte la noche en que le entregó la llave “Esto es solo para ti” le había dicho “Eres el único que lo merece. Después de un tiempo cuando lo creas prudente, renueva la raza y devuélvele el esplendor de las tinieblas, como tiene que ser”.

A solas en la necrópolis, la tradicional pira funeraria daba cuenta del viejo cuerpo del Ultimo Anciano. Su piel antediluviana se quemaba casi como el papel mientras la llama se alzaba, ora azulada, ora blanquecina, a medida que el ilustre combustible que la animaba se iba consumiendo.

Con la ceremonia propia de la ocasión, recolectó las cenizas y las colocó dentro de la pequeña urna orlada y siguió todos los ritos reglamentarios, que algunos ya habían olvidado y muchos ni si quiera se habían molestado en aprender.
Según le habían dicho, hace miles de años ninguno había muerto de manera que se permitieran honras fúnebres.

Daba lo mismo realmente; nadie le había amado como él, nadie le había respetado y obedecido como lo había hecho él.
Luego sacó del bolsillo de su casaca la llave que le había legado. Era una antigua llave de bronce. Grande, pesada y herrumbrosa, sin embargo, al ver los dibujos que aún se vislumbraban entre la antigüedad del metal, supo de inmediato a qué puerta pertenecía y sin demora de dirigió ahí: El antiguo mausoleo familiar.

Volvió al castillo que lo había visto vivir ya cientos de años junto al Último y recorrió los anchos y solitarios pasillos hasta llegar a aquella puerta de la que él tantas veces le habló pero que nunca le permitió franquear.

No tuvo reparo en encender las velas de un candelabro y bajar por las escaleras que parecían no tener fin, cada vez más hacia abajo, el aire cada vez más viciado con el olor a húmedo, moho y viejo. Al llegar abajo encontró la puerta que buscaba, aquella a cuya cerradura pertenecía la llave y sin perder tiempo procedió a introducirla; al darle vuelta, el metal enmohecido gimió lastimeramente, de un modo casi humano y al abrirse la puerta emitió un chillido que pareció desvanecerse entre los viejos muros.

Estando adentro no le fue difícil encontrar varios candelabros dispuestos para la iluminación y al ver a su alrededor se encontró con un sinfín de estantes donde reposaban urnas parecidas a la que él llevaba entre sus brazos y tesoros que le dejaron maravillado; pero no era eso lo que él buscaba.

Colocó la urna que contenía las cenizas de su maestro en uno de los estantes y luego sobre una mesa encontró el verdadero tesoro de aquella habitación, el verdadero legado: El libro donde se narraba toda la historia de la raza desde sus inicios.
Ahí, tenía todo lo necesitaba saber, lo que su maestro quería que solo él supiera. Ahí, plasmadas con sangre se encontraban las Leyes; escritas con el puño y letra del Padre.

Se sentó y a la luz de las velas leyó todo lo que el antiguo libro le entregaba, poco a poco comprendía lo que tenía que hacer, lo que su maestro le pedía, todo para lo que lo había preparado. Todo estaba en sus manos, haría como le estaba indicado. Sería paciente y esperaría. Profetizado estaba el fin de aquellos infieles tal cual como se estaba labrando.

El tenía las llaves, las respuestas para un nuevo mañana, para una nueva raza de seres orgullosos y dignos, y él sería el constructor del nuevo proyecto.

Su deber era guardar los secretos y cuando llegara el momento, hacer que todo vuelva a empezar. Pronto sus congéneres ya no existirían pues se estaban auto exterminando en ese frenesí de desenfreno ridículo que llamaban “libertad”.
Solo él tenía el conocimiento...
Ahora él era el Último.

martes, 9 de junio de 2009

LA ESPERA (Final)

He aquí, una nueva sabiduría que os comparto...



... Ella tomó una ramita y, apartando las hojitas secas esparcidas en el suelo, se puso a escribir en el moho debajo de ellas.
No sabía qué hacer, mi corazón se había hecho un nudo. Sentía tanto dolor de verla así.
Hace unos momentos me había dado tanta alegría y ahora era difícil saber cual de las dos se sentía más desdichada.

Otra vez tuve ese impulso de abrazarla, de consolarla; sabía que ésta vez sí tenía de qué consolarla y quizás así, me consolaría yo también.
La tristeza de sus perlas de ámbar, ya no era cruel y dulce, ya no era dolorosa y vivificante… Era triste, simplemente cruel, y simplemente dolorosa.
Me acerqué a ella y me senté a su lado, las lágrimas rodaban por sus mejillas y por las mías estaban a punto de rodar. Me fijé en lo que había hecho con la ramita en el moho debajo de las hojitas secas; era un conjunto de rayas y signos; símbolos extraños.
No sabía lo que había escrito, no reconocía la escritura. No era griego (lo había estudiado en la universidad) ¿Qué era, que decía allí?
Ella me miró, con una pequeña, casi imperceptible lucecita moribunda de esperanza muy en el fondo de su triste mirada. Me sonrió ligeramente, tanto que por un momento dudé que hubiera movido un músculo -Léelo…- me dijo – Léelo, si logras leerlo y lo pronuncias correctamente sabré que no me has olvidado y tu recordarás lo que crees que no sabes .

La miré, y sentí que todo dentro de mi se destrozaba, de pronto sentí de nuevo el frío de la madrugada, más helado, más calante que antes. Una lágrima rebelde desobedeció por fin a las órdenes de mis deseos de no llorar y empezó a rodar desafiante y solitaria por mi mejilla.
Las otras, siguiendo el mal ejemplo decidieron acompañarla y no pude más
-No puedo– le dije – No sé qué dice allí, nunca he visto esos símbolos antes en toda mi vida. No puedo leerlo. Lo siento pero no tengo ni idea de qué es… Lo siento, perdóname por favor.

Me puse a llorar como una criatura, dejé salir todo el dolor de mi alma, de pronto fue, como si todo el dolor del mundo cayera bruscamente sobre mi rostro, y se derramara sobre mi cara como las heladas gotas del deshielo y sobre mi cuello y mi pecho, y se depositara sobre mi corazón amenazando con quedarse allí y no alejarse nunca más.
Ella tomó una de mis manos entre las suyas – No llores – me dijo - Al menos inténtalo. Nunca te diste por vencida sin intentar las cosas al menos una vez. No te des por vencida ahora. Vamos, míralo, intenta descifrarlo. Si ya no lo logras, te prometo que no insistiré más, te dejaré ir a donde decidas irte y yo… lo más seguro es que te siga para siempre. Inténtalo solo una vez más.

Me limpié las lágrimas que nublaban mi vista y miré fijo los símbolos, eran muy extraños. Intenté e intenté por varios minutos que parecieron siglos pero no lo pude descifrar. Estaba dándome por vencida y podía notar como la desesperanza iba apoderándose de todo mi ser como un frío, la miré a ella y de pronto me pareció que estaba mas pálida que hace un momento.
Pude ver en su triste y dulce mirada que ella sabía lo que yo sentía podía ver su decepción, su tristeza, su soledad; y de pronto fue como si esa tristeza y esa soledad fueran mías, como si ella y yo fuéramos iguales , solo que yo era yo y ella … yo ya no estaba segura de lo que era ella … estaba tan pálida .

No podía verla así, esa tristeza, tanta tristeza. Seguí intentándolo pero no conseguí nada; me llevé las manos a la cara y comencé a llorar otra vez. En mi mente, como lo hago siempre cada vez que la desesperación me atosiga… Oré : “Señor, por favor, por favor ayúdame a entenderlo; ayúdame para poderla ayudar a ella o me voy a volver loca. Por favor, por favor te lo pido Señor…” De pronto mi boca se abrió; de un modo tan ligero que por un segundo dudé que hubiera movido un músculo; y salió un sonido; casi tan inaudible que por un segundo dudé que realmente hubiera hablado; un nombre:“ Marianne” .
Levanté la cabeza y fije la vista en los símbolos que con la ramita ella había dibujado en el moho debajo de las hojitas secas .
Allí , claro como si lo acababa de escribir yo misma , claro como el agua , escrito en buen romance y con una caligrafía tan impecable como si hubiera sido escrito con el más fino estilógrafo ; ese nombre : Marianne .

Lo dije; lo repetí.
Lo repetí llena de regocijo como si fuera una dulce verdad que me liberaría.
Lo dije, lo repetí con tanta vehemencia como si fuera una dulce oración para Dios.
Lo dije, lo repetí, lo repetí y lo repetí. Y cada vez que lo repetían mis lágrimas se secaban. Cada vez que lo repetía mi corazón se ensanchaba y se llenaba de paz y tranquilidad. Cada vez que lo repetía mi mente se abría y cabían en ella cosas que nunca habían estado ahí; pero a la vez era como si siempre hubieran estado. Cientos de imágenes se agolparon en mi cabeza una a una, en todas estaba ella.
Ella, que había dejado de estar; que había dejado de ser hace mucho mucho tiempo.

Y lo recordé todo.

Era casi de noche, la antesala de un hospital. No me atrevía a entrar en su habitación; porque no podía aceptar que Mariana estaba muriendo. Discutimos.
Ella siempre estaba tan alegre, parecía que no era capaz de enfrentar la realidad.
No; la que no la enfrentaba era yo. Ella se moría. Mariana lo aceptaba; y lo aceptaba bien. ¿Por qué no podía aceptarlo yo?
No porque si lo hacía era como admitir que lo que estaba pasando era justo ; que era justo que mi mejor amiga me dejara sola para siempre.
Se enojo conmigo: - ¡Por favor no vuelvas hasta que no pueda aceptar que yo me voy a morir!- No volví.
Días después sonó el teléfono, eran las 3 de la mañana. Yo levanté la extensión de mi habitación y lo escuché todo.
No fui al velorio. No fui al sepelio. Horas después, no había nadie en el camposanto; solo yo.
La tierra aun se notaba removida pero ya estaba la fría placa de mármol negro a mis pies y ahí estaba su nombre y yo aun no lo podía creer.
De pronto; como una maldita broma, una escena propicia de la más dramática peliculita sentimental; empezó a llover; y yo no podía moverme.
Quería correr, gritar, tirarme al piso y arrancar la hierba con mis propios dientes. Pero no podía moverme. Volví a mi casa, porque ¿A dónde más iba a ir?Cuando me sentía como en ese día siempre iba a su casa, pero ella ya no estaba.

Mariana; Mariana…

Una vez, cuando ya sabíamos lo que iba a pasar nos hicimos una promesa: - Yo jamás te olvidaré, Marianne (así le llamaba yo de cariño) siempre te llevaré en mi mente y nadie, nadie ocupara tu lugar. Te lo prometo.
- Lo sé – me dijo ella – A cambio de eso yo te prometo que, siempre estaré contigo, y, cuando llegue tu momento seré yo y nadie más quien venga por ti. Te lo prometo… ¿Cuidaras a Yiyó? Ya está viejo ¿sabes? Y él sabe quien eres así que…
-Si, claro no te preocupes yo lo cuidaré - Pero nunca me lo entregaron, Yiyó, su hermoso lobo siberiano murió al mes.

Entonces desperté como de un largo sueño. Siempre fui inteligente así que no me costo mucho; y lo entendí todo.
- ¿Ya llegó mi momento?– le pregunté - Si – me respondió con un sonido casi inaudible, pero esta vez en ningún momento dude que hubiera hablado - Gracias por venir por mi – le dije
- Una promesa es una promesa ; Isabel - me respondió
- Si , pero yo no cumplí la mía … Yo … Te olvide.
- Es fácil olvidar algunas promesas cuando se vive tanto tiempo … cuando se viven tantas cosas-
-¿Entonces, siempre me has esperado aquí?-
- Siempre. Este era tu lugar favorito ¿recuerdas?- Miré a mi alrededor buscando reconocer el sitio
- La verdad , no recuerdo haber estado alguna vez en un bosque como este.
- No, nunca estuviste- me respondió - pero te gustaba mirar la ilustración del libro, decías que al mirar el bosque te sentías muy bien, que te sentías como en casa. Por eso elegí este lugar para esperarte. Yo sabía que, cuando dejaras de respirar seria este al lugar donde vendrías.
-Siempre fuiste muy lista …
- No Isabel … siempre fui quien mejor te conocía , que es distinto.
Guardé silencio durante (me pareció a mi) siglos. Entonces la miré a los ojos; aun seguía sin poder dejar de mirar esas dos perlas de ámbar, pero su mirada ya no era cruel y dulce, dolorosa y vivificante… Era luz. Simplemente dulce y simplemente vivificante…
-Ahora, ¿Qué va a pasar? ¿tengo que ir a algún lugar? ¿a dónde tengo que ir?- le pregunté.
Puedes ir a donde tu quieras … pero …
No la dejé terminar de hablar, la interrumpí… No me interesaba qué iba a pasar, no me interesaba si tenía que ir a algún lugar, porque no quería ir a ningún lugar donde no estuviera ella… ella.
Ella, que había dejado de estar; que había dejado de ser hace mucho mucho tiempo. Pero ahora estaba, ahora era; en mí, conmigo.
-¿Me puedo quedar contigo? – Le pregunté . Ella me miró con sus enormes perlas de ámbar que se humedecieron diáfanamente.
-¡Eso es exactamente lo que yo te iba a pedir! ¿Te quedas conmigo?

Desde ese día hasta ahora ha pasado mucho, mucho tiempo; tanto que ya ni me acuerdo cuántos años tengo o cuántos debería tener. Solo sé que soy felíz como nunca lo he sido, como nadie puede ser.
Y soy tan dichosa de estar de nuevo con ella contándonos historias como antes, tarde en la noche con la luna redonda, redonda mirándonos desde muy arriba con Yiyó junto a nosotras.
Ahora que conoces la historia ¿Dirías tu que soy un fantasma? Si, un fantasma, eso soy yo.
Pero no me importa ¿porqué? por que soy feliz como nunca lo he sido y esta vez si es para siempre. Además… Es tan hermoso verla andar así entre la niebla bajita bajita; que no se ven sus pies ni sus pisadas y parece que flota… ¿Parece?
¡¡¡Es hermosa!!!

jueves, 4 de junio de 2009

JOYAS GOTICAS ... CORTOS EN FLASH

Navegando en el vasto mar del internet y, visitando blogs amigos (gracias Bonny www.ecuadorgotico.blogspot.com) me encontré con estos videos que, francamente para mí, son pequeñas joyitas que hay que conservar.
La artista grafica norteamericana de 28 años, Katy Towell, nos trae su colección de videos en flash "CHILDRIN R SKARY" , y como su nombre lo indica, nos cuenta las historias de niñitas que dan miedo.

Como "Cupid´s Last Stand" que se desarrolla un 14 de febrero; Cupido está listo para salir a enamorar, pero una pequeña niña y su monito de retazos ¡no están de acuerdo!


"Ida´s luck" es un cortometraje de dos partes, Ida es una nenita aparentemente muda, que es encontrada una tarde de lluvia sin más identificación que un trozo de papel manchado de sangre colgado al cuello donde dice su nombre.

"La niñita que fue olvidada por todos (incluso por el cartero)"es la historia de Emmeline; una nena de 3 años que tiene de todo, excepto el amor y la atención de quienes la rodean.


Tambien tenemos "When Genevieve ruled the world". Genevive es una caprichosa niña de 3 años y medio que, cuando logra tener todo lo que en el mundo una nena de esa edad puede desear, busca poseer algo más: el mundo mismo.
Uno de los mejores es este video bastante corto llamado "Never Woke Up",a mi parecer, bastante estresante por la voz susurrante de la misma autora que lo narra. Aqui en este post les dejo los que ,para mí, son los mejores de la lista. Que los disfruten.


Pero esta joven artista no tiene sólo videos, también estampas, protectores de pantalla, gifts; incluso merchandising que se puede ordenar por medio de su webpage www.skary.net y la mayoria de sus videos se encuentran en YOUTUBE; así que a buscarlos. Tambien podemos observar más obras suyas como "El despertar","Black Halloween" y muchos más.

Por otro lado el holandés John Greneby nos deleita con una de las piezas más bellas que al menos yo haya podido admirar en el arte del flash (por eso lo tengo de adorno en mi blog jeje). Es la historia de la pequeña "Lilium" a la que una amable sombra le pide que le traiga algo, y es tan amable que ella no duda ni un instante en traerle lo pedido ... sin importar lo que tenga que hacer.
Lo pueden apreciar un poquito más arriba como parte del blog.

Tambien quisiera mencionar, aunque se salen un poco del formato de este post ya que no son realizados en flash, estos cortos animados muy interesantes y que valen mucho la pena mencionar.
El primero “Vincent” creado y dirigido por Tim Burton y narrado por la leyenda del cine de terror Vincent Price; nos cuenta la historia de un niño de siete años que lee a Edgar Allan Poe en lugar de cuentos infantiles y quería ser como Vincent Price cuando creciera (o cuando muriera, lo que ocurriera primero jeje).


Les recomiendo tambien ampliamente “La leyenda del espantapájaros” un cortometraje español de gran calidad que nos cuenta sobre un espantapájaros que ya no quería estar solo e intenta hacerse amigo de las aves, véanlo realmente es precioso y bastante emotivo; no se van a arrepentir.Lo encuentran en YOUTUBE.

El último de esta entrega (porque luego de esto se vuelve un testamente ilegible) es "Gloomy Valentine" Creado y dirigido por Warwick Burton, aquí podemos ver como el abandono del ser amado nos puede llevar poco a poco a la locura.


Todos estos y más (los encomio ampliamente a que los busquen) los podemos encontrar en YOUTUBE, no tienen más que poner en el buscador: cortos animados, o si gustan pueden agregar la palabra "gòticos" a la frase y encontrarán lo que buscan.
Que lo disfruten.