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sábado, 14 de marzo de 2009

¿QUIERES OIR UNA HISTORIA TRISTE?

En silencio espera,
con santa paciencia.
La eternidad es su tiempo
por eso espera sin ansias a que seas suyo
por siempre...


Bonny no era quiteña, pero amaba Quito más que cualquier nativo.
El Centro Histórico de la ciudad de Quito es conocido por sus edificaciones coloniales, sus callejuelas estrechas y empinadas, y por las leyendas que ahí han nacido.

Gótica de corazón desde muy chica, acostumbraba, luego de cualquier concierto y, aun ataviada con sus galas oscuras; pasear por las cuestas adoquinadas del Centro Histórico, y esta noche no era la excepción.

Disfrutaba mucho de caminar por esos estrechos callejones. Sentir como los músculos de sus muslos se contraían a cada paso para subir la cuesta; escuchar el taconeo de sus botas negras en el eco profundo del callejón en penumbras.

Esa noche era particularmente agradable, estaba fresca, no hacia el frío calante que por lo general suele atrapar la ciudad a esa hora de la noche.
Al llegar cerca de las escalinatas de un viejo campanario vio ahí sentada a una joven. Vestía muy parecido a ella: una falda larga negra, gruesas botas, una blusa negra de mangas largas.
Llevaba colgada al cuello todo tipo de parafernalia gótica-rockera, el cabello oscuro suelto sobre los hombros y la piel tan blanca que hasta parecía resplandecer.
O tal vez aquella fosforescencia formaba parte del dramático maquillaje que llevaba.
Al pasar junto a ella, Bpnny pensó “una más que sale del concierto” y al mirarse se saludaron con un movimiento de cabeza.

Bonny había caminado tan solo un par de pasos cuando escuchó una suave y delicada voz que le dijo “¿Quieres oír una historia triste?”. Bonny se detuvo, se dio la vuelta y se encontró con que la muchacha la miraba fijamente.
“Claro” contestó “Porqué no”, y se sentó a su lado en las escaleras.

“Hace mucho tiempo” empezó la joven “en este mismo callejón sucedió una tragedia de amor; una joven se enamoró perdidamente de un muchacho, y durante un tiempo fue plenamente correspondida. Pero poco a poco el sentimiento en él se fue apagando, hasta que un buen día tomó la decisión de terminar con ella. La joven lloró suplicó, se arrodilló rogándole que reconsiderara su decisión, pero él no atendió a sus súplicas.

La joven desesperada y deprimida ya no paraba en su casa. Empezó a recorrer las cantinas y bebía hasta que tenían que sacarla dormida. Esto causaba un gran dolor a sus familiares, pero a ella solo le importaba él y su propio sufrimiento. Una noche, ella salía de una cantina solo para dirigirse a otra, cuando lo vio tomado de la mano y besándose con otra mujer.
En ese momento ella sintió tal odio en su corazón y de pronto recordó un ritual de venganza del que alguna vez había leído y decidió llevarlo a cabo contra él.

Tomó un taxi y le pidió que la llevara hasta la Mitad del Mundo, sin importar el costo. No sabía bien como, pero lo cierto es que de algún modo ella sabía que ahí, entre las colinas, estaba el lugar propicio dispuesto para estos ritos. Ahí, en una cueva; durante cientos de años las personas habían ido con sus sufrimientos y sus sueños rotos a ofrecerlos a cambio de una venganza venida de los infiernos…”

- Perdona – le interrumpió Bonny -¿Eres tú la chica de la historia? ¿Tú hiciste el rito?
La joven la miró, y sonriendo dulcemente le contestó: “No. No es mi historia, pero algo tiene que ver conmigo. Déjame que te siga contando”.
“En ese lugar, ella encontró infinidad de cosas. Muchas de ellas olvidadas por los anteriores practicantes, pero todas de gran utilidad para su propósito. Sacó el encendedor de su bolsillo y encendió casi todos los cabos de vela que encontró. Halló unas tizas y varios trozos de papel apergaminado.
En un viejo pallet que encontró ahí, se puso a dibujar extraños círculos, dibujos y arabescos, y en los trozos de papel escribía extrañas palabras que parecían dictadas por alguien más.
Dispuso varias velas en círculo alrededor de los dibujos que había hecho, entrando en él y luego rezando las extrañas palabras que había escrito mientras repetía el nombre de su ex novio cada vez.

Luego que hubo terminada, cortó su mano izquierda y dejó que unas gotas de sangre cayeran sobre los dibujos. Las velas parpadearon hasta apagarse y ella se quedó en la profunda oscuridad. Tanteando todo a su alrededor, casi gateando trataba de salir de la cueva, pero en ese momento las velas que había colocado en círculo volvieron a encenderse y en medio apareció un ser informe y repugnante.

Dos puntos verdes brillaban en su cima, más abajo se dibujaba una especie de boca poblada de puntiagudos dientes y que rezumaba espumarajos de baba amarillenta; de su centro brotaban lo que parecían dos manos con largas uñas que más parecían cuchillas melladas y oxidadas.
“Has dicho tus palabras” dijo el ser “has hecho tu petición, acepto tus lagrimas y tu sangre como tributo; se hará como has pedido, mas, debes saber que ya no hay vuelta atrás”; diciendo esto desapareció dejándola otra vez en tinieblas.

Ella logró salir de ahí y volver a su casa, aunque al día siguiente no recordaba bien ni cómo lo había logrado. Cuando despertó ya era por la tarde y se sorprendió muchísimo del sueño tan extraño que había tenido.
Fue al ir a tomar un baño cuando, al agarrar el jabón con la mano izquierda, sintió un fuerte escozor y se percató del profundo corte que tenía en la palma. Entonces entendió que no había sido ningún sueño. Decidió regresar al sitio y lo encontró todo igual, excepto que los dibujos del pallet se habían borrado y los papeles que había escrito no aparecían, lo más extraño es que ahora que estaba sobria no recordaba ni las palabras ni los dibujos en lo más mínimo; cayó de rodillas sobre el pallet llorando amargamente al no entender qué era lo que había hecho.
“¿A qué has vuelto a derramar lágrimas en este lugar?” retumbó una voz “Si te has arrepentido, mujer, lástima por ti pues ya no hay nada que se pueda hacer.”

Ella sollozaba que no quería que le sucediera nada, que no sabía lo que hacía anoche y que haría lo que sea para hacer que retrocediera todo. Haría lo que ese ser quisiera.
“¿Lo que sea?” preguntó el ser, apareciendo ante ella tan repugnante como antes. “Bueno, hay algo” le dijo extendiendo una de sus terribles garras, indicándole que se acercara “Ven y sé mía, entrégame tu cuerpo para poseerlo a mi placer y puede que no tome en mis manos tu venganza.”
El ser empezó a acercársele extendiendo sus asquerosas garras y dejando un rastro de baba tras de sí. Ella, aterrorizada, salió corriendo y gritando de la cueva, y no paró hasta que llegó al punto más turístico de la ciudad, donde perdió el conocimiento. Despertó horas después en su casa, solo para que le dieran la noticia de que el causante de todos sus sufrimientos había amanecido muerto en su cama. AL oír esto, ella entró en un frenesí histérico, riendo a la vez que lloraba, mesándose los cabellos repitiendo que ella lo había hecho; que ella lo había matado.

Desde ese día, ella recorrió las calles de Quito totalmente enloquecida, repitiéndoles a los que aceptaban oírla, su triste historia. Un día la encontraron fría y sin vida sobre estos mismos escalones, mirando al cielo con la más triste expresión grabada en su rostro. Los médicos dijeron que le había reventado el corazón.”

- ¡Wow!- suspiró Bonny – Sí que es una triste historia.
“Sí, pero aún hay más” dijo la joven” Desde ese día su espíritu penó aquí mismo, solían verla sentada llorando en estos mismos escalones donde estamos ahora. Pero un Ángel del cielo, viendo su sufrimiento, tuvo compasión de ella y le reveló una dura solución: debía lograr que alguien escuchara su historia una vez más, y entonces su alma sería librada del sufrimiento, reemplazada por la de la persona que le escuchara, y así sucesivamente por toda la eternidad.
Así que ella se quedó aquí esperando pacientemente a que alguien aceptara oírla. Una noche yo pasé y me senté en este mismo escalón; escuché su historia, la misma que acabo de contarte y entonces por fin ella fue libre… tal como yo lo soy ahora.” Mientras se ponía de pie y le daba un frío beso en su mejilla morena agregó: “Gracias Bonny, por escuchar mi historia, espero que la puedas contar muy pronto. Adiós y suerte.” La joven se alejó por el callejón hasta que se perdió de vista; Bonny trató de levantarse pero era como si estuviera tallada a la roca de las escalinatas del campanario.

Desde esa noche Bonny aparece, siempre allí, atisbando el callejón en espera de una persona que acepte escucharla.
Si alguna vez visitas Quito, no salgas a pasear por el Centro Histórico
por la noche; y si lo haces, nunca te sientes a conversar con la chica gótica que verás sentada en las escaleras del viejo campanario. Recuerda: Bonny te está esperando para contarte una triste historia.

8 comentarios:

  1. Amiga, recuerdo como si fuera ayer el día que me contaste tu sueño. Era una noche fría y mi corazón iba recobrando sus latidos mientras con pasión me relatabas ese sueño que parecía tan real.

    Gracias por una historia cautivante y asombrosa. Esta historia más que mía, es totalmente tuya.

    Besos,

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  2. Ya me habias comentado y luego leido la historia y definitivamente cada vez que la leo me aprece mas genial...¡FELICIDADES! ;P

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  3. Wow que historia!! hasta lo sentí muy real! Felicidades dama!!

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  4. Muy interesante el relato.
    Felicitaciones por el blog . Realmente bien logrado. espero leas el mio. que no tiene nada que ver con lo gotico pese a que me agrada mucho pero tu punto de vista sera bienvenido.
    Un saludo mi querida Bruja.
    ADELANTE......

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  5. Wow!!.. es la primera vez que me encuentro con tu blog y pues, me dejaste sorprendida!!
    me gusta mucho...

    Cheverazo.. sigo atonita por Bonny.

    Saludos desde Cuenca.
    laranka

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  6. Netamente alucinante...... Changos! me fascino muxio!!

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  7. ¡¡WOW!! GRACIAS A TODOS POR EL APOYO DE VERAS ESTOY FASCINADA DE KE LES HAYA GUSTADO TANTO. Y SALIO DE UN SUEÑO.
    SEGUIRÉ ESCRIBIENDO PARA USTEDES ME HALAGAN TANTO.
    CON MUCHO AMOR

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